La ciberresiliencia como reto para las pymes. Utilidad de nuestra norma AS-360º

El nuevo Reglamento Europeo de Ciberresiliencia supone un antes y un después en la forma en que las empresas, grandes o pequeñas, deben afrontar la seguridad digital de sus productos y servicios. La Unión Europea reconoce que el número de productos con elementos digitales crece cada año, al mismo tiempo que aumentan las vulnerabilidades y los ciberataques. Esto impacta directamente en la confianza de consumidores, la continuidad del negocio y la estabilidad del mercado.

Las pymes son las más expuestas, ya que suelen carecer de departamentos especializados o recursos suficientes para implantar sistemas de seguridad avanzados. Aquí es donde nuestra norma AS-360º, compuesta por 92 controles estructurados, se convierte en una herramienta estratégica para garantizar la ciberresiliencia de manera realista y ajustada a las necesidades de este tipo de empresas.

El Reglamento Europeo de Ciberresiliencia

El Reglamento (UE) 2024/2847 establece requisitos obligatorios para los productos digitales: menos vulnerabilidades en origen, soporte de actualizaciones de seguridad durante toda la vida útil, gestión activa de riesgos y transparencia hacia los usuarios sobre las garantías de seguridad. También impone obligaciones de notificación de incidentes graves, de gestión de vulnerabilidades y de coherencia con normas de referencia internacionales.

Para una pyme desarrolladora de software, integradora de sistemas o proveedora de servicios digitales, esto significa que ya no basta con que el producto “funcione”. Ahora se debe demostrar, con evidencias claras, que el producto está diseñado, mantenido y soportado bajo criterios de seguridad exigidos por la normativa europea. El incumplimiento puede conllevar sanciones económicas, pérdida de confianza del mercado y responsabilidades legales frente a clientes o proveedores.

La aportación de la norma AS-360º

Nuestra norma AS-360º traduce los complejos requisitos europeos en 92 controles auditables y legales, que cubren las dimensiones esenciales de la seguridad de la información: confidencialidad, disponibilidad, integridad, trazabilidad, identidad y autenticación. Cada control está diseñado con una doble perspectiva: técnica y jurídica.

Esto significa que la pyme no solo mejora su nivel de ciberresiliencia, sino que además obtiene un respaldo probatorio en caso de conflicto. Ante un litigio con un cliente, un incidente contractual con un proveedor o incluso en un proceso judicial, la empresa puede demostrar que aplicó medidas de diligencia debida alineadas con el Reglamento Europeo de Ciberresiliencia.

Un enfoque ágil y adaptado a la pyme

La metodología de implantación de AS-360º se basa en ciclos ágiles de 12 meses, divididos en sprints que se adaptan al ritmo de cada empresa. Es la propia pyme la que decide qué controles priorizar en función de su sector, recursos o exposición al riesgo. De esta forma, se facilita la adopción progresiva del marco sin generar una carga excesiva.

Al final del ciclo, la pyme no solo alcanza un nivel de cumplimiento superior, sino que dispone de evidencias verificables y documentadas que la refuerzan frente a clientes, autoridades y socios estratégicos. Esto convierte la auditoría de AS-360º en una verdadera garantía jurídica y competitiva.

Sinergia con las medidas europeas para pymes

El Reglamento Europeo de Ciberresiliencia incluye mecanismos de apoyo a las pymes, como entornos de prueba, programas de formación o acceso a ayudas financieras. La norma AS-360º se integra perfectamente con estas medidas, ya que acompaña a la pyme no solo en la parte técnica, sino también en la preparación de la documentación y la adaptación a los procesos de conformidad.

De esta forma, las empresas no solo cumplen, sino que pueden aprovechar incentivos europeos para financiar parte del esfuerzo de implementación.

Ventajas competitivas de aplicar AS-360º

Adoptar la norma AS-360º permite a las pymes no limitarse a evitar sanciones, sino posicionarse como actores confiables en el mercado. Contar con un sistema auditado y documentado abre puertas a nuevas oportunidades: contratos con grandes corporaciones, participación en licitaciones públicas y acceso a mercados internacionales que ya exigen cumplimiento con estándares europeos.

En definitiva, AS-360º convierte el cumplimiento del Reglamento Europeo de Ciberresiliencia en una ventaja competitiva, aportando seguridad, confianza y protección legal a las pymes que deciden adoptarla.